Es fundamental enseñar a los niños, desde una edad temprana, a cuidarse correctamente la boca. Muchas veces resulta complicado controlar la higiene oral de los más pequeños.
Además, ellos no son aún conscientes de la importancia que deben darle a su boca. Por ello, recomendamos que la primera visita al dentista se haga sobre los 2 años, aunque no haya molestias de ningún tipo. Esta visita al dentista a una edad precoz puede ayudar a reducir el miedo al tratamiento dental. Además, hoy en día contamos con muchísimas herramientas preventivas que nos ayudan a evitar la aparición de gran parte de las enfermedades orales, evitando así tratamientos posteriores mucho más largos, complicados y costosos.
Recordad que los dientes de leche son muy importantes y que debemos mantenerlos hasta que se exfolien (se caigan) de manera natural. Entre sus funciones destacan: guiar la erupción de los dientes definitivos, mantener del espacio para que éstos erupcionen correctamente, contribuir a una correcta nutrición mediante la masticación, colaborar en la fonética y en el desarrollo de los huesos maxilares.
Algunos de los tratamientos que más utilizamos en odontopediatría son:
- Aplicación de barnices de flúor: en aquellos pacientes que lo necesiten tras valorar el grupo de riesgo de caries en el que se encuentran.
- Sellado de fisuras: uno de los tratamientos preventivos más eficaces. Consiste en utilizar un aeropulidor para limpiar la superficie a sellar y aplicar una capa de material que recubra las fosas y fisuras más profundas del esmalte del diente(adonde no llega el cepillo con tanta facilidad) evitando que se acumulen restos de comida en estas zonas llenas de recovecos.
- Obturaciones (empastes): tanto en dientes de leche como en los definitivos.
- Pulpotomía: Consiste en la extirpación de parte de la pulpa (pulpa cameral) de los dientes cuando está afectada por una caries o traumatismo.
- Pulpectomía: Consiste en la extirpación total de la pulpa dental cuando su inflamación es irreversible.